Please use this identifier to cite or link to this item: http://ricaxcan.uaz.edu.mx/jspui/handle/20.500.11845/1471
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DC FieldValueLanguage
dc.contributor825141es_ES
dc.contributor.advisorAngélica María Medrano Enríquezes_ES
dc.coverage.spatialZacatecas y Jalisco, Méxicoes_ES
dc.creatorZúñiga Márquez, Luis Gerardo-
dc.date.accessioned2020-03-31T18:43:30Z-
dc.date.available2020-03-31T18:43:30Z-
dc.date.issued2019-06-
dc.identifierinfo:eu-repo/semantics/publishedVersiones_ES
dc.identifier.urihttp://ricaxcan.uaz.edu.mx/jspui/handle/20.500.11845/1471-
dc.description.abstractEn el año de 1926 la nación mexicana vivió una serie de cambios a las reglamentaciones vigentes en materia de culto público, las cuales afectaban la forma tradicional en que la población vivía su religiosidad. La llamada “Ley Calles” pretendía reglamentar las funciones del clero, la cantidad de sacerdotes que podían ejercer, así como en materia educativa la no intromisión del clero. Con la puesta en marcha de estas modificaciones a la Constitución, numerosos contingentes de mexicanos sintieron la necesidad de hacer algo para impedir el avance de estas leyes, situación que llevo a un enfrentamiento entre el clero y el aparato de gobierno mexicano. Aunado a esto, se vio el resurgimiento de grupos pro clericales tales como la “Liga para la Defensa de la Libertad Religiosa”1 para los territorios centrales del país, o la “Unión” para los territorios del bajío y centro norte. Estas organizaciones convocaron a la población católica, en primer lugar, a realizar un boicot económico en contra del gobierno mexicano y sus aliados comerciales, sin embargo, al no conseguir mediante métodos pacíficos lo propuesto, se convocó a un alzamiento armado al cual se unieron, en su mayor parte, campesinos y personas de estratos medios. Es así como comenzara la llamada “Guerra cristera”. Con la idea de esta guerra cristera, desde 1966, de manos de Alicia Olivera Sedano, comenzaría un nuevo paradigma de estudio en la nación mexicana seguido por muchos más investigadores interesados en dar a conocer este periodo del cual poco se hablaba: su investigación, “Aspectos del conflicto religioso de 1926 a 1929, sus antecedentes y consecuencias”2 daría la pauta inicial para que numerosos estudiosos del tema, principalmente Jean Meyer, centraran sus esfuerzos en el rescate de la memoria, la difusión de la ideología de los veteranos cristeros y, en menor medida, rescatar la participación de algunas mujeres en esta conflagración, fenómeno estudiado por Agustín Vaca3, quien sugirió la idea de la participación de las católicas mexicanas de forma activa, y no pasiva, en la situación religiosa imperante en la nación. Poco antes de la aparición de estos primeros esfuerzos, el general cristero Aurelio Acevedo había ya dado a conocer numerosos testimonios de la guerra cristera en su revista “David”, en una primera etapa como órgano de difusión entre los mismos cristeros como un pequeño periódico clandestino durante el conflicto, para después ver la luz, entre 1952 y 1968, de manera más regular y sin la mordaza de la clandestinidad. Fue este órgano de difusión de la ideología católica, sobre todo para la parte sublevada en la guerra, la que proporcionó en gran medida la base para estos investigadores del tema. Dado que fue publicado y comercializado como revista o periódico, se le tomará como tal, pues fue la función destinada al mismo por el general cristero4. Como se podrá observar en los capítulos siguientes, la mayoría de los trabajos realizados en torno a la guerra cristera se centran en las acciones bélicas masculinas, pocos dan cuenta de las acciones femeninas y el peligro cotidiano que estas corrían al apoyar a los rebeldes, sin embargo es sabido que muchas mujeres, sobre todo de estratos sociales medios, se mostraron afines al grupo rebelde para, posteriormente, volverse partícipes en él, denotando así una importante labor en la coordinación y abastecimiento de materiales, tanto para el conflicto bélico como para el boicot antigubernamental y enseñanza religiosa clandestina. En este sentido se puede recurrir al texto de Mirtea Elizabeth Acuña Cepeda y Florentina Preciado Cortés, titulado “Cristeras. Contrarrevolucionarias de Colima en combate por sus ideales”5 que centra su interés en el aspecto educativo de la región cristera de Colima. Y en un esfuerzo parecido, el articulo La mujer cristera en Michoacán (1926-1929) 6 por parte de Claudia Julieta Quezada, quien además de analizar el escenario educativo formal, recurre a la educación moral y tradicional de las familias michoacanas durante la guerra cristera.es_ES
dc.language.isospaes_ES
dc.publisherUniversidad Autónoma de Zacatecases_ES
dc.relation.isbasedonMaestro en Historiaes_ES
dc.relation.urigeneralPublices_ES
dc.rightsAtribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Estados Unidos de América*
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/us/*
dc.subject.classificationHUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA CONDUCTA [4]es_ES
dc.subject.othercristerases_ES
dc.subject.othersuroccidente de Zacatecases_ES
dc.subject.othernorte de Jaliscoes_ES
dc.subject.otherZacatecases_ES
dc.subject.otherJaliscoes_ES
dc.titleLas cristeras. El caso del suroccidente de Zacatecas y norte de Jalisco (1926-1940)es_ES
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/masterThesises_ES
Appears in Collections:*Tesis*-- M. en Historía



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