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DC FieldValueLanguage
dc.contributor38486es_ES
dc.coverage.spatialGlobales_ES
dc.creatorCázares Blanco, Rocío-
dc.creatorSerrano, Francisco J.-
dc.date.accessioned2021-04-22T21:13:14Z-
dc.date.available2021-04-22T21:13:14Z-
dc.date.issued2019-
dc.identifierinfo:eu-repo/semantics/publishedVersiones_ES
dc.identifier.isbn978-607-9352-82-0es_ES
dc.identifier.urihttp://ricaxcan.uaz.edu.mx/jspui/handle/20.500.11845/2377-
dc.description.abstractHay algunas emociones cuyo valor moral no suele ponerse en duda: la indignación, la culpa o la gratitud, por ejemplo. Respecto de la vergüenza, el asunto es más polémico. ¿Puede ser moralmente valiosa una acción motivada por el deseo de no tener que avergonzarse? ¿Sentir vergüenza por algo que hicimos puede, en algunas ocasiones, reflejar nuestro compromiso con ciertos principios, normas, etc., de carácter moral? ¿Querer reformar nuestro carácter para evitar avergonzarnos por una tendencia a actuar en formas que reprobamos es un propósito moralmente valioso?Una amplia tradición, que podemos identificar como kantiana, ha negado que la vergüenza tenga valor moral, debido a su dependencia de un observador que mira reprobatoriamente nuestros actos y que es, precisamente, ante quien nos avergonzamos. Esto, se piensa, marca una diferencia sustancial con la culpa, cuya fuerza motivadora no depende de la mirada reprobatoria de otros, sino de nuestro compromiso con la moralidad. Nosotros sostenemos en este ensayo que, pese a que la vergüenza tiene una estructura que requiere de un observador, algunas instancias de ella y su fuerza motivadora misma son parte de la constitución moral de los agentes.En la primera sección identificamos algunos rasgos generales de la vergüenza, reconociendo la presencia de sus componentes cognitivos y evaluativos que permiten establecer una diferencia entre ella y otras emociones cercanas, como la turbación o el desconcierto. Examinamos también la importancia del observador en toda experiencia de la vergüenza y la forma interiorizada en que puede estar presente. En la segunda sección abordamos la cuestión de si la vergüenza puede tener un poder motivador genuinamente moral y, para ello, recurrimos al análisis de dos perspectivas distintas y paradigmáticas: la de Kant y la de Hume. Kant, como hemos dicho, niega que los motivos de la vergüenza sean genuinamente morales, mientras que Hume sostiene que sí lo son. Aunque argumentamos a favor de una posición más cercana a Hume que a Kant, como queda claro en la tercer sección, nos distanciamos también de la explicación humeana que hace recaer en la opinión pública la fuerza motivadora de la vergüenza, incluso respecto de acciones que Hume considera moralmente valiosas.es_ES
dc.language.isospaes_ES
dc.publisherEdiciones Coyoacán (Grupo Fontamara)es_ES
dc.relation.urigeneralPublices_ES
dc.rightsAtribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Estados Unidos de América*
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/us/*
dc.sourceSerrano, Francisco Javier y Rocío Cázares Blanco (coord.), Emociones y moralidad. Cuatro ensayos, México, pp. 57-84.es_ES
dc.subject.classificationHUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA CONDUCTA [4]es_ES
dc.subject.othervergüenzaes_ES
dc.subject.otheragenciaes_ES
dc.subject.othermoralidades_ES
dc.titleLa vergüenza y la constitución moral del agentees_ES
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/bookPartes_ES
Appears in Collections:*Documentos Académicos*-- Doc. Filosofía e Hist. de las Ideas

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Vergüenza y agencia. Libro editado F&R Ed. Coyoacán 2019.pdf1,93 MBAdobe PDFView/Open


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